¿Cuándo Empezó La Guerra Rusia-Ucrania? Fecha Clave
La guerra entre Rusia y Ucrania es un conflicto que ha marcado un antes y un después en la geopolítica mundial. Entender cuándo y cómo se desencadenó este conflicto es crucial para analizar sus causas, consecuencias y posibles soluciones. En este artículo, desglosaremos la fecha clave del inicio de la guerra, los eventos que la precedieron y el contexto internacional en el que se desarrolló.
El 24 de Febrero de 2022: El Inicio de la Invasión a Gran Escala
El 24 de febrero de 2022 es la fecha que marcó el inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania. Aunque las tensiones entre ambos países se remontan a años atrás, con eventos como la anexión de Crimea en 2014 y el conflicto en el Donbás, fue este día cuando Rusia lanzó una operación militar masiva contra Ucrania. A partir de este momento, el conflicto escaló a una guerra abierta que ha tenido un impacto devastador en Ucrania y ha generado una crisis internacional de gran magnitud.
En las primeras horas de la mañana del 24 de febrero, se reportaron ataques aéreos y bombardeos en diversas ciudades ucranianas, incluyendo la capital, Kiev. Las fuerzas terrestres rusas cruzaron la frontera desde múltiples puntos, incluyendo Bielorrusia y la península de Crimea. El objetivo declarado por el presidente ruso, Vladimir Putin, fue la “desmilitarización” y “desnazificación” de Ucrania, así como la protección de los ciudadanos rusos y de habla rusa en el país vecino. Sin embargo, estas justificaciones fueron ampliamente rechazadas por la comunidad internacional, que condenó la agresión rusa como una violación flagrante del derecho internacional y de la soberanía ucraniana.
La respuesta ucraniana a la invasión fue inmediata y decidida. El presidente Volodímir Zelenski declaró la ley marcial y movilizó a la población para defender el país. A pesar de la superioridad militar rusa, las fuerzas ucranianas lograron ofrecer una resistencia feroz, especialmente en las primeras semanas del conflicto. La defensa de Kiev, en particular, se convirtió en un símbolo de la determinación ucraniana de no ceder ante la agresión rusa. La resistencia ucraniana, junto con el apoyo militar y financiero de numerosos países occidentales, ha permitido a Ucrania mantener su independencia y soberanía hasta el día de hoy.
Antecedentes Clave del Conflicto
Para entender completamente el inicio de la guerra, es fundamental conocer los antecedentes que llevaron a este punto crítico. La relación entre Rusia y Ucrania ha sido históricamente compleja y marcada por momentos de cooperación y conflicto. Después de la disolución de la Unión Soviética en 1991, Ucrania se convirtió en un estado independiente, pero Rusia nunca terminó de aceptar plenamente esta realidad. La influencia rusa en Ucrania, especialmente en las regiones del este y del sur, siguió siendo significativa, y Moscú siempre ha visto a Ucrania como parte de su esfera de influencia.
Uno de los puntos de inflexión en las relaciones entre Rusia y Ucrania fue la Revolución Naranja de 2004, que llevó al poder a un gobierno pro-occidental en Kiev. Rusia vio este evento como una injerencia de Occidente en sus asuntos internos y como una amenaza a sus intereses estratégicos en la región. A partir de ese momento, las relaciones entre ambos países se deterioraron gradualmente, marcadas por disputas energéticas, acusaciones de espionaje y tensiones políticas.
Otro evento clave fue la decisión de Ucrania de acercarse a la Unión Europea y a la OTAN. Rusia siempre se ha opuesto firmemente a la expansión de la OTAN hacia el este, considerando que representa una amenaza directa a su seguridad. La posibilidad de que Ucrania se uniera a la OTAN fue vista por Moscú como una línea roja que no podía ser cruzada. En 2014, tras la destitución del presidente ucraniano Viktor Yanukovich, que era cercano a Rusia, Moscú respondió anexionándose la península de Crimea y apoyando a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, lo que desencadenó un conflicto armado en la región del Donbás.
El conflicto en el Donbás, que se prolongó durante ocho años, dejó un saldo de más de 13,000 muertos y generó una profunda crisis humanitaria. A pesar de los acuerdos de Minsk, que buscaban establecer un alto el fuego y una solución política al conflicto, la situación en el Donbás siguió siendo inestable y marcada por frecuentes violaciones del cese al fuego. Rusia siempre negó su participación directa en el conflicto, aunque proporcionó apoyo militar, financiero y político a los separatistas prorrusos.
El Contexto Internacional
El inicio de la guerra también estuvo influenciado por el contexto internacional. En los años previos a la invasión, Rusia había incrementado su presencia militar en la frontera con Ucrania, generando preocupación en la comunidad internacional. Los países occidentales, liderados por Estados Unidos y la Unión Europea, advirtieron a Rusia sobre las graves consecuencias que tendría una invasión de Ucrania y amenazaron con imponer sanciones económicas sin precedentes.
Sin embargo, estas advertencias no disuadieron a Rusia de llevar a cabo su plan. Algunos analistas argumentan que Moscú percibió una debilidad en Occidente, debido a la división política interna en algunos países, la crisis de liderazgo en la Unión Europea y la retirada de Estados Unidos de Afganistán. Otros señalan que Rusia consideró que era el momento oportuno para actuar, aprovechando la atención del mundo centrada en la pandemia de COVID-19 y la transición política en Estados Unidos.
La respuesta de la comunidad internacional a la invasión rusa fue contundente. Numerosos países impusieron sanciones económicas a Rusia, dirigidas a sus sectores financiero, energético y tecnológico. Además, muchos países proporcionaron ayuda militar y humanitaria a Ucrania, incluyendo armas, municiones, equipos médicos y apoyo financiero. La OTAN reforzó su presencia militar en los países del este de Europa, como medida de disuasión frente a una posible agresión rusa.
Sin embargo, la OTAN también dejó claro que no intervendría militarmente en Ucrania, ya que este país no es miembro de la alianza. Esta decisión generó críticas por parte de algunos sectores, que argumentaron que Occidente no estaba haciendo lo suficiente para proteger a Ucrania de la agresión rusa. Otros defendieron la postura de la OTAN, argumentando que una intervención militar directa podría desencadenar una guerra a gran escala con Rusia, con consecuencias impredecibles.
Consecuencias de la Guerra
La guerra entre Rusia y Ucrania ha tenido consecuencias devastadoras en todos los ámbitos. En primer lugar, ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes en Europa, con millones de ucranianos desplazados de sus hogares y buscando refugio en otros países. La infraestructura ucraniana ha sufrido daños masivos debido a los bombardeos y ataques aéreos, y la economía del país se ha desplomado.
Además, la guerra ha tenido un impacto significativo en la economía global. La subida de los precios de la energía y los alimentos, debido a las interrupciones en el suministro desde Rusia y Ucrania, ha provocado una inflación generalizada en muchos países. La guerra también ha afectado al comercio internacional, las cadenas de suministro y la inversión extranjera.
Desde el punto de vista geopolítico, la guerra ha reforzado la división entre Rusia y Occidente. Las relaciones entre Rusia y los países occidentales se han deteriorado hasta niveles no vistos desde la Guerra Fría. La guerra también ha impulsado a algunos países a replantearse sus políticas de defensa y seguridad, y ha generado un debate sobre la necesidad de fortalecer la OTAN y la Unión Europea.
En el plano interno, la guerra ha provocado una ola de nacionalismo y patriotismo en Ucrania. La resistencia ucraniana a la agresión rusa ha unido a la población en torno a un sentimiento de identidad nacional y ha fortalecido la determinación de defender la independencia y la soberanía del país. Sin embargo, la guerra también ha generado divisiones y tensiones internas, especialmente en las regiones del este y del sur, donde la población está más dividida en cuanto a sus simpatías políticas y culturales.
El Futuro del Conflicto
El futuro de la guerra entre Rusia y Ucrania es incierto. A pesar de los esfuerzos diplomáticos, las negociaciones entre ambos países han avanzado lentamente y no han logrado producir un alto el fuego duradero. Algunos analistas creen que el conflicto podría prolongarse durante meses o incluso años, con un alto costo en vidas humanas y recursos materiales.
Otros son más optimistas y creen que podría haber una solución negociada en el futuro cercano. Sin embargo, para que esto ocurra, ambas partes tendrían que estar dispuestas a hacer concesiones y a encontrar un terreno común. Rusia tendría que renunciar a sus ambiciones territoriales en Ucrania y comprometerse a respetar la soberanía y la integridad territorial del país. Ucrania tendría que estar dispuesta a aceptar ciertas garantías de seguridad para Rusia, como la no adhesión a la OTAN.
En cualquier caso, la guerra entre Rusia y Ucrania ha cambiado el panorama geopolítico mundial de forma irreversible. El conflicto ha demostrado la fragilidad del orden internacional y la necesidad de fortalecer las instituciones multilaterales y el derecho internacional. También ha puesto de manifiesto la importancia de la unidad y la solidaridad entre los países democráticos para hacer frente a las amenazas a la paz y la seguridad.
En conclusión, el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania el 24 de febrero de 2022 marcó un punto de inflexión en la historia reciente. Entender los antecedentes, el contexto y las consecuencias de este conflicto es fundamental para analizar el presente y anticipar el futuro. La comunidad internacional tiene la responsabilidad de seguir apoyando a Ucrania en su lucha por la libertad y la soberanía, y de trabajar por una solución pacífica y duradera que garantice la seguridad y la estabilidad en la región.